Mi nombre es Karina Castellón, tengo 28 años, y me
parece increíble, después de todo lo que he pasado en mi vida, estar
escribiendo este testimonio; que aunque en muchas partes será duro de escribir,
y estoy segura de leer espero ser de bendición.
Yo estudie en un colegio cristiano toda mi vida, y en
muchas ocasiones, me pregunte porque mis papas, siendo católicos, habían
decidido ingresar a mi hermana y a mí a este colegio. Al principio me sentía
extraña y muchas cosas que pasaban en los cultos no eran a lo que yo estaba
acostumbrada y, aunque habían ocasiones en que sentía que Dios me llamaba, tenía
mucho miedo. Cuando cumplí 10 años acepte a Jesús como mi Salvador personal y
pensé que mi vida seria mas fácil para mi, pero no fue asi. Los Sábados, eran los mejores pero también los
peores días de mi semana. El mejor porque iba a la Iglesia, sabia que Dios
obraría grandes cosas en mi vida, recibía promesas y el amor de Dios; pero
también era el peor, ya que mi papa era alcohólico, y eso implicaba que cuando yo
regresara a mi casa, Satanás iba a hacer de las suyas, o por lo menos a
intentarlo, iban a haber discusiones entre mis padres y yo tendría que entrar a
mi cuarto a llorar, lloraba y le preguntaba a Dios “PORQUE??” Pensaba que El lo
podía detener y no entendía porque lo permitía. A pesar de ser muchos años de dolor y de
peleas, Dios contesto mis oraciones!! y permitió que como familia pasáramos eso
para hacernos mas fuertes. Mi padre nos sentó un día y nos pidió perdón, con
lagrimas en sus ojos nos menciono como su corazón estaba roto y que su
intención jamás fue lastimarnos. Dios
había hecho el milagro. Las borracheras habían acabado y mi relación con El es mas fuerte que nunca.
Mi oración mi constante, sin importar el sufrimiento o la duda, jamás deje de
tener fe que un día todo seria diferente.
La presión de adolescente tampoco era fácil, tan es así,
que cuando iba a cumplir 15 años empezó a desarrollar, sin darme cuenta, los 2 trastornos
alimenticios mas severos que existen, anorexia y bulimia. Yo me sentía bien!
Pensaba que estaba logrando mi objetivo! Recibía felicitaciones de todos los
que veían el cambio y eso me hacia creer que lo que hacia no estaba mal, si no
todo lo contrario, mientras mi salud, tanto física como mental se iba
desgastando de una manera increíble. Baje en mi rendimiento académico, se me
empezó a caer el pelo, mi vista se deterioro, le mentía a mis padres, llegue a
perder casi 80 libras y no sabia como salir de ahí, mi vida estaba en un abismo
y yo no lograba ver la luz. Siempre escuche, incluso hoy como profesional, que
para salir delante de esos problemas uno necesita años y años de terapia
psicológica, internarse en lugares especiales entre otras cosas, y por el amor
que Dios me tiene, me basto una oración, de una enviada de Dios, que paso lo
mismo que yo pase, para sanarme.
Desde entonces, decidí darle mi vida a Cristo, porque
El en su infinita Misericordia me salvo, yo debería de estar muerta, pero estoy
aquí. En una ocasión Dios, a través de un gran amigo, me regalo una promesa, se
encuentra en Deuteronomio 26: 18-19 “Y Jehová
ha declarado hoy que tu eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo
ha prometido para que guardes todos sus mandamientos; a fin de exaltarte sobre
todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria y para que seas un
pueblo santo a Jehová tu Dios, como El ha dicho”. Mi vida le pertenece y
camino de Su mano. Romanos 8:28 declara “Para
los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados”
Si algo les quiero dejar con mi testimonio, es el
anhelo en su corazón de buscar a Dios y buscar para que fueron llamados a este
mundo. Yo, al igual que muchos de ustedes, vi a muchos jóvenes servir y
genuinamente creía que no tenía ningún talento, que por mis problemas
personales, que por mi familia, yo no era suficiente y no tenía como servirle.
Pero Dios me demostró, con oración y mucha dedicación que el plan de mi vida
era ser Medico, que ese es MI propósito.
Ayudar a la gente que sufre y no solo curar sino también enseñarles al Dios
Misericordioso y amoroso que yo conozco y que me tiene, a mí y a mi familia en
una de las mejores etapas de nuestras vidas. No con esto digo que ya no habrán
problemas o dificultades, con esto digo que con Dios a mi lado, ninguna prueba
es mayor que El. TODAS las cosas me
ayudan a bien, mi pasado, las cosas de mi presente y lo que vendrá en mi futuro
me ayudan a bien, porque he sido llamada para su propósito. Yo los exhorto a la
oración, encontrar el plan de Dios para nuestras vidas no es fácil sin la
oración constante, pero les pido que no piensen que Dios no los puede usar, no
necesariamente tiene que ser pastores o cantar o tocar un instrumento. Dejen de
poner excusas, yo las puse, por muchos años, pero Dios esta ahí, solo necesita
ver nuestra disposición para ensenarnos el camino.
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